Más allá de los tratados: las élites que definen el comercio bilateral
Aunque en apariencia las decisiones comerciales se toman entre gobiernos, detrás de cada tratado, acuerdo o regla hay un entramado de influencias que proviene de las llamadas élites globales. Estas élites políticas, económicas, tecnológicas e ideológicas se interrelacionan constantemente y definen gran parte del comercio entre México y EE.UU.
1. Élite política
Presidentes, negociadores y autoridades como USTR o la Secretaría de Economía son los rostros visibles. A través de acuerdos como el T-MEC, estas élites moldean el marco legal, aunque muchas veces responden a presiones de otros grupos. Ejemplo: la aplicación de aranceles bajo la Sección 232 por “seguridad nacional” se impuso aún a productos con origen T-MEC.
2. Élite económica
Grandes corporaciones como General Motors, Tesla, Walmart o Amazon influyen en la creación de nuevos programas del gobierno. Sus decisiones sobre producción y logística se convierten en parámetros normativos para proveedores mexicanos.
3. Élite tecnológica
Plataformas como AWS, Microsoft o IBM están detrás de la infraestructura digital de comercio exterior. A través de sistemas, estas compañías fijan estándares de trazabilidad, validación de datos y automatización fiscal.
4. Élite ideológica
Think tanks como Wilson Center o COMEXI influyen en la visión estratégica sobre nearshoring, seguridad energética o cadenas de valor. Lo que hoy es política pública, ayer fue un ensayo técnico en uno de estos centros.
Estas élites no operan por separado: se interconectan. Por ejemplo, un discurso ideológico puede abrir la puerta a una reforma política que favorece a una corporación, cuya operación depende de una infraestructura digital construida por una big tech.
¿Qué significa esto para México?
El cumplimiento ya no depende solo del SAT o ANAM: CBP, USTR y estándares internacionales también pesan.
Las empresas mexicanas deben anticiparse a reglas indirectas impuestas por el entorno global: trazabilidad, origen, sostenibilidad, etc.
Quienes asesoran en comercio exterior deben tener una visión estratégica: no basta con saber la ley, hay que entender la estructura geopolítica.
En tiempos de interdependencia global, el comercio exterior ya no se mueve solo con aranceles o tratados, sino con poder, tecnología e influencia.